miércoles, 7 de enero de 2015

Al ritmo de cada día. El amor (i)


EL AMOR (I)
 
1. El amor que piensa que acabará no es amor.

Dios se define y es Amor eterno.

No se cansa de bombear amor a toda su hermosa creación. Cuando hoy se dice que se aman, lo hacen en clave muchas veces de lo físico. Y éste, sin el contexto general del amor que da sentido a todo, se convierte pronto en rutina.

He aquí el origen de tantas separaciones afectivas. Una pena y una ruina para los hijos, si llegan a tenerlos. El amor es la carrera más importante y se da el título sin conocimientos profundos de lo que es el ser humano globalmente.

2. Si quieres hacer planes para un año, siembra granos. Si quieres hacer planes para diez años, planta árboles. Y si quieres hacer planes para cien años, instruye con amor a tu familia.

Todo es imaginación. Vive el instante que tienes en la mano con intensidad. Es el mejor de los planes porque estás viviendo la vida al momento. Ya sabes: lo pasado, pasado está. Y el futuro no lo conoces. Lo preparas viviendo cada día. No seas iluso. Prográmate menos y vive más. ¿Cómo? Amando más.

3. El día que has pasado sin amar es el más inútil de tu vida. (Omar Khayyam).

Ya lo sabes. En lugar de entregarte a hacer cosas y más cosas, dedícate a estrujar el día con amor. Amor a ti mismo, amor a tus seres queridos y si eres creyente, amor a Dios y a la humanidad, sobre todo la más necesitada. Un día sin amor es un día perdido.

4. Un matrimonio feliz es una larga conversación que siempre parece demasiado corta. (André Maurois).

Así es. El amor es tan bello y tan fresco como el día del primer encuentro.

Se conversa, se habla, se trabaja juntos, se reza juntos. Y de esta unidad nace la armonía sinfónica de diamante del amor que siempre se admira en todos sus perfiles. Conversar en familia y conversar con Dios. Dios tiene que ser uno más de la familia.

5. Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección. (Antoine de Saint Exupéry).

Hay un error en las relaciones: mirarse, piropearse en lo externo. Todo pasa y cansa. Tan sólo cuando él y ella tienen amplios horizontes concretados en planes fáciles de cumplir, la vida marcha bien. Es Dios quien marca la orientación a cuyo amor nos dirigimos. No se trata de mirarse simplemente, sino de amarse alegre y profundamente en cada detalle.

6. ¿Formas de amor? El egoísta dice: Cada uno para sí. El generoso dice: Cada uno para todos.

El egoísta es un puñado de arena. El segundo es quien vive la vida al ritmo de lo que da y recibe, pero sobre todo de lo que da. Y lo mejor es darse a sí mismo y lo mejor que tiene. Lo que no se da se pierde y pierde a quien no lo da.
 
                                                  .-o-O-o-.

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