Buscamos a Dios, sí. Queremos saber de Dios y encontrar a Dios. Para lograrlo hay que detenerse un momento..igual que el montañero antes de intentar el último tramo de la ascensión. Igual que el hombre que se recoge y se concentra antes de contestar la pregunta de la cual depende su porvenir.
PONERSE EN MARCHA
Lo primero es querer ir al encuentro de alguien o ir algún lugar.
Dios se alcanza únicamente por iniciativa personal.
Es un peregrinaje y una ascensión, no es un paseo. Requiere esfuerzos.
ESCUCHAR
Antes de actuar hay que escuchar. Dios nos habla más de lo que pensamos. Muchos jóvenes tienen miedo o se aburren con el silencio. ¡Hay que aprender a escuchar y a escucharnos! Y para escuchar y oir bien hay que estar en silencio. ¡Crear silencio!.
DEJARSE GUIAR
Dios es más grande que cualquiera de nosotros. Nosotros somos como niños delante de Él.
Dejarse guiar es intentar vivir viviendo los Mandamientos, aceptar la moral que nos ofrece la Iglesia.
APRENDER A LEER
Dios nos ha dado dos libros: el gran libro de las imágenes de la Creación y el gran libro ibspirado en su Palabra: la Biblia.
A través de ellos, Dios se ha revelado a nosotros, como siendo a la vez plenamente el inaccesible y el Muy Cercano.
Leer la Biblia y hacerlo como si el texto que leemos nos lo hubiera escrito Dios para nosotros, porque así es cada pasaje. Cada texto es una carta que Dios me ha escrito especialmente para mí. Voy a leerlo una y otra vez hasta descubrir qué quiere comunicarme Dios. ¡¡ Haz la prueba!!
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