domingo, 21 de diciembre de 2014

Tiempo de Adviento. 21 de diciembre .4ª domingo de Adviento

Un templo para Dios


El rey David quería edificar un templo para su Dios. Y Dios dijo a David: "Yo te daré un descendiente. Yo engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré tu reino". Yo te daré un hijo, no un templo.

Yo te daré un corazón de carne, no de piedra. Ahí estaré vivo, mi Espíritu será la sangre.

Mi hijo será el templo en el que todos tendrán cabida.

¿Quién puede construir un templo más hermoso que el templo del corazón humano? Sólo Dios.

Dios ha programado tu corazón para que lo busques.

María dijo "sí" y el Verbo se encarnó. María, templo de Dios y del Espíritu.

María siempre abierta a Dios, siempre cubierta por la nube de la presencia de Dios, siempre fecundada por el esperma de la Palabra de Dios, siempre guiada por el Espíritu.

La primera Navidad es fruto del sí de María. La Navidad, hoy, necesita también de nuestro sí.

Dios no necesita ladrillos ni cemento, nos necesita a nosotros para edificar un templo de hijos que dicen sí a su creador.
 
.-o-O-o-.

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