lunes, 22 de octubre de 2012

SALVADOS EN LA ESPERANZA

Este es el título y el comienzo de la segunda carta encíclica del Papa Bendicto XVI, firmada el 30 de noviembre de 2007. Pero de ella tomo, de momento solo el título, a propósito de lo que sigue a continuación.
En una ocasión me encontraba con una persona que se había declarado momentos antes, cuando menos, agnóstica. Como habíamos visitado una Iglesia en la que yo quería mostrarle una arquitectura notable además de cuadros y mosaicos artísticos y yo había mostrado signos y gestos de algo más que respeto, a la salida me espetó: "Usted es creyente". "Sí, le contesté, soy católico". Y continuó.."¿Por qué y para qué?" Y se me ocurrió contestarle con otra pregunta  "Usted cree que el hombre nace, crece se desarrolla y muere"
"Así es, en efecto" afirmó. ¿cómo un perro? dije...Se encogió de hombros...".pues sí, afirmo". "Perdone pero es terrible no tener otro destino final que ese".
Ahora viene lo que no pude decir entonces porque hubo de interrumpirse la conversación y reanudar el tema profesional que había motivado su visita.
Nos nacen, porque no escogemos ni padres, ni lugar para nacer. Insisto nos nacen, sin pedirnos permiso y nada menos que somos seres absolutamente únicos e irrepetibles. Ni antes hubo uno como nosotros, ni jamás volverá a nacer nadie idéntico a cualquiera de nosotros. Entonces este ser que es puesto así en el universo, en el planeta Tierra, comienza a pelear por sobrevivir...se esfuerza, estudia, trabaja, crea una familia...y a esperar su desaparición, así sin más....Polvo o cenizas, su final. Reflexionar sobre esto sin abrir la puerta a esperar otra cosa, nos conduciría a la desesperación. 
Dice el Papa, en la Encíclica que da el título a este comentario." El elemento distintivo de los cristianos es el hecho de que tienen un futuro, no es que conozcan los pormenores de lo que les espera, pero saben que su vida, en conjunto, no acaba en el vacío. Solo cuando el futuro es cierto como realidad positiva, se hace llevadero también el presente". La puerta oscura del tiempo, del futuro, ha sido abierta de par en par".  Y finalmente añade : Quien tiene ESPERANZA vive de manera distinta, se le ha donado una nueva vida"
¿Y qué es la ESPERANZA?  Es la virtud en la cual confiamos en que nuestra vida en la tierra no acaba en la nada, sino que confiamos que alcanzaremos LA VIDA ETERNA, pues Dios nos concederá su Gracia, o sea, su AYUDA, para llegar a ella.
Tener ESPERANZA, es estar seguro de que con la ayuda de Dios podemos después de esta vida vivir junto a DIOS para siempre, eternamente.
Pensar que con la muerte acaba todo, si no esperásemos el Cielo, lo corta y lo inútil que sería nuestra vida.
Continuaremos escribiendo y meditando sobre la ESPERANZA.


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