sábado, 19 de julio de 2014

¡¡¡ CRISTIANOS !!!


“El infierno está lleno de buenas intenciones y el cielo de buenas obras” (Refranero) 
El rey de Francia, Luís IX, San Luís, eligió la basílica de Saint Denis, en los alrededores de Paris, para panteón real de los monarcas franceses. Cuando un monarca moría era llevado hasta la puerta de la Catedral. 
Al llegar el féretro, el obispo golpeaba con su báculo la puerta. Desde el interior, un sacerdote preguntaba: 
-¿Quién quiere entrar en la casa de Dios? 
El obispo respondía: 
- Su alteza Real el Rey de Francia, príncipe de… conde… 
La respuesta era el silencio. 
Por segunda vez, el obispo golpeaba la puerta. 
- ¿Quién quiere entrar en la casa de Dios? – preguntaba de nuevo el sacerdote desde el interior. 
Todo sucedía como la vez anterior. Se repetía por cercera vez, pero en esta ocasión el obispo respondía: 
- Un bautizado, un bautizado es el que quiere entrar en la casa de Dios. 
- Ante esta respuesta, las puertas se abrían de par en par, y el féretro del difunto rey era introducido en la catedral. 
Ante Dios el único título que vale es el del Bautismo, y un bautismo vivido cada día, es decir, un bautismo de fe y de obras. No valen las buenas intenciones, sino las buenas obras. No vale la intención de dar pan a los hambrientos, sino el pan dado al hambriento. 

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