«Ningún
acto de virtud puede ser grande si de él no se sigue también
provecho para los otros... Así pues, por más que te pases el día
en ayunas, por más que duermas sobre el duro suelo, y comas ceniza,
y suspires continuamente, si no haces bien a otros, no haces nada
grande».
(San
Juan Crisóstomo)
Propósito
general:
Vivir
la cuaresma a la luz del Evangelio de cada domingo (No hay mejor
retiro que seguir la propuesta litúrgica de la Iglesia), y con el
auxilio de un maestro, San Juan de la Cruz.
Propósitos
específicos:
Profundizar
mi relación con el Dios de Jesucristo y dejarnos transformar por él.
Revisar
cuales son los principales obstáculos con los que nos encontramos en
nuestra vida cotidiana como creyentes.
Motivar
el encuentro con Jesús por medio de los hermanos, y sus necesidades
concretas, en especial en los más pobres o marginados.
Estrategias:
1.
Meditando el Evangelio de cada domingo durante la semana, partir de
la lectura comunitaria para hacer una lectura personal.
2.
Promoviendo la experiencia de Dios por medio de la oración y la
vivencia de los sacramentos, en especial del la Eucaristía y la
penitencia.
3.
Elegir un libro como lectura espiritual para este tiempo
4.
Comprometernos en alguna labor caritativa o solidaria.
5.
Siendo testimonio para la gente que nos rodea, con nuestras actitudes
y modo de vivir.
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