Del libro de Mons. Thihámer Tóth, " El jóven de carácter"
Con la palabra carácter entendemos la adaptación
de la voluntad del hombre en una dirección justa; y joven de carácter es aquel
que tiene principios nobles y permanece firme en ellos, aun cuando esta
perseverancia fiel le exija sacrificios.
En cambio, es de carácter inestable, de
poca garantía, débil o en último término, hombre sin carácter quien, contra la
voz de la propia conciencia, cambia sus principios según las circunstancias,
según los amigos, etc., y hace traición a sus ideales desde el momento en que
por ellos tenga que sufrir lo más mínimo.
¿ en
qué consiste la educación del carácter ?. En adquirir ideales y
principios; después, tendrás que acostumbrarte a su ejercicio continuo, a obrar
según tus nobles ideales en cualquier circunstancia de la vida. La vida del
hombre sin principios sólidos está toda ella expuesta a continuas sacudidas y
es como la caña azotada por la tempestad. Hoy obra de un modo, mañana se deja
llevar por otro parecer. Antes de todo, pues, pongamos principios firmes en
nuestro interior; después, adquiramos la fuerza requerida para seguir siempre
lo que consideramos justo y recto.
¿Cuál es, por ejemplo, uno de
principios en el estudio? «He de estudiar con diligencia constante, porque he
de desarrollar, según la voluntad de Dios, las dotes que me fueron dadas?»
¿Cuál es el principio justo respecto a mis compañeros? «Lo que deseo que me
hagan a mí he de hacerlo yo también a los otros.» Y así sucesivamente. En todo
has de tener principios rectos y justos.
El segundo deber, es
seguir estos principios justos; es decir, forjar tu carácter. Y éste, cómo
hemos dicho no se da gratis, sino que hemos de alcanzarlo mediante una lucha
tenaz, de años y decenas de años. El ambiente, cualidades heredadas, buenas o
malas, pueden ejercer influencia sobre tu carácter; pero, en resumidas cuentas,
el carácter será obra personal tuya, el resultado de tu trabajo formativo.
¿Sabes en qué consiste la educación? En
inclinar la voluntad del hombre de suerte que en cualquier circunstancia se
decida a seguir sin titubeos y con alegría el bien.
¿Sabes que es el carácter? Un modo de
obrar siempre consecuente con los principios firmes que se tienen. Implica, por
tanto, constancia de la voluntad para alcanzar el ideal reconocido como
verdadero; es decir, perseverancia en plasmar ese noble concepto de la vida.
Lo que resulta difícil no es tanto
formular estos rectos principios firmes para la vida, lo cual se consigue con
relativa facilidad, sino el persistir en ellos a través de todos los
obstáculos. «Es uno de mis principios y me mantengo en él, cueste lo que
cueste.» Y como esa firmeza exige tantos sacrificios, por eso hay tan pocos
hombres de carácter entre nosotros.
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