sábado, 9 de febrero de 2013

LA VIRGEN DE CZESTOCHOWA EN ALMADEN

Es la Patrona de Polonia, su Reina y Protectora.  Está representada en un icono cuya tradición se remonta, nada menos, que a la época de San Lucas que se dice  fue su autor, pintando el icono en madera de cedro de la casa de Nazaret de la Sagrada Familia. Su fiesta se celebra el miércoles siguiente al 24 de agosto de cada año. Y la devoción que los polacos la tienen desde hace más de 700 años es impresionante.
Ahora la Virgen, por la iniciativa de cristianos defensores de la vida en diversos países es llevada en peregrinación por el mundo "De oceano a Oceano" para que la Virgen proteja la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. La ruta de la peregrinación supera los 18000 km en 23 países. Hace pocos días entró en España- ¡ tan necesitada de proteger la vida de los no nacidos ! - y Almadén fue favorecida con una parada en su ruta hacia Madrid. Lo hizo a las tres y media de la tarde del miércoles 6 de febrero. Y su estancia que solo duró una hora fue suficiente para que los ingresados en el Asilo de Cáritas, las Siervas de María de la Comunidad y unos pocos fieles se postraran ante la Virgen y le pidieran que ayude a que este viejo país deseche la lacra que hace que cada año más de 100.000 niños sean apartados de la vida. Y que no permita que la eutanasia se instale en España. En definitiva que proteja la cultura de la vida  para que el reino de Dios pueda establecerse en todo el mundo.
Esta es la bellísima Oración por la vida de la Peregrinación.
Oh María
Aurora del mundo nuevo.
Madre de los vivientes,
a Tí confiamos la causa de la vida.
Mira Madre el número inmenso
de niños a quienes se impide nacer.
De pobres a quienes se hace difícil vivir.
De hombres y mujeres víctimas
de violencia inhumana.
De ancianos y enfermos muertos
a causa de nuestra indiferencia
o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu hijo
Sepan anunciar con firmeza y amor
A los hombres de nuestro tiempo
El evangelio de la Vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo
como don siempre nuevo
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo
con solícita constancia para construir
junto con todos los hombres de buena voluntad
la civilización de la verdad y del amor
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
AMEN.

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