miércoles, 12 de septiembre de 2012

UN NUEVO CURSO .....EN NUESTRA PARROQUIA

Ya pasaron el mes y medio o dos meses en el que nos olvidamos de la rutina diaría. Ahora volvemos a ella y no siempre es fácil reencontrase con la rutina...Hay que comenzar, mejor, recomenzar, para conocer mejor nuestra fe, reflexionar sobre ella, robustecerla, y mejorar nuestra relación con Dios. Y ¿Cómo lo podemos conseguir?
Vamos a ver si podemos cumplir unos objetivos sencillos:
-Fortalecer nuestra conciencia comunitaria, el lugar donde expresamos y celebramos nuestra alegria cristiana. Nuestra Parroquia.
-Tenemos que recuperar nuestra vida de piedad y comunitaria que estos meses nos han arrebatado.
-Vamos a prometernos a nosotros mismos, participar en las reuniones y actividades Parroquiales. ¡¡ Todos somos necesarios y...algo imprescindibles!!
- Tenemos que suprimir barreras, prejuicios, timideces para tratar a toda la comunidad parroquial con agrado y alegría fraternal.
- Vamos a convercernos de una vez por todas que somos testigos de Jesús  y por tanto vamos a anunciarle como lo que es: Camino, Verdad y Vida.
- Y, por último, vamos a recordar y vivir las obras de Misericordia.
Estos son objetivos concretos y todos y cada uno de nosotros debemos esforzarnos para hacerlos realidad. Un desprecio, una indiferencia, un olvido intencionado, un gesto despectivo, puede herir el corzóan o la fe de las personas que las sufren, porque todos somos responsables de las alegrías y tristezas de nuestro alrededor. Por eso es bueno que nos preguntemos:
-¿Conozco a la mayoría de los cristianos que expresan y celebran su fe en la misma Parroquia que yo? ¿Los saludo? ¿ Busco ocasión para entablar conversación y conocernos mutuamente mejor?
- ¿Procuro participar en los grupos parroquiales, charlas o reuniones aportando lo mejor de mi mismo?
-¿Participo en los actos parroquiales ? ¿O me excuso pensando que no me conocen ni soy necesario?
-Procuro dar testimonio de mi condición de cristiano y actúo con alegría, optimismo y buen ejemplo en la familia, en el trabajo y cualquier otro lugar?
-¿ Me atenaza el "qué dirán" y ando aquí y allá disimulando mi condición de cristiano?
-¿Me propongo vivir cada día una obra de misericordia?
Todo esto no es ni utopía, ni es algo imposible. Propóntelo y pide ayuda a....Jesús. ¡Veras como no es tan difícil!

No hay comentarios:

Publicar un comentario