miércoles, 23 de mayo de 2012

MADURAR EN LA FE

El Catecismo de la Iglesia Católica, dice en el número 150: "La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al ,mismo tiempo inseparable al asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado"  La adhesión es un movimiento de la voluntad que nace del afecto previo y busca conocer y comprender al Ser amado.
Para que la fe no sea flor de un día, es necesario cultivarla y madurarla. Y eso se realiza armónicamente en los tres grandes sectores que estructuran la personalidad: afecto, inteligencia y acción. Sin embargo hay muchos cristianos que no lo logran. ¿Por qué? No se ama lo que no se conoce ni se trata. Si no hay trato frecuente con Dios, éste deja de ser una persona viva y queda reducido a una idea. Y son las personas, no las ideas las que enamoran. Con Dios se trata el cristiano mediante la oración. Una conversación íntima y sentida que va más allá de la recitación rutinaria de fórmulas aprendidas. Un buen método de tratar con Dios y su Enviado, Jesús, es leer y meditar sobre todo los Evangelios. Entonces a medida que crece el conocimiento de Jesús, surge el deseo de seguirle con "opiones de vida claras, coherentes y valientes".
No es necesario ser un experto en teología para ser un buen creyente. Pero el verdadero creyente no se conforma con el DNI de Dios que es más o menos lo que se aprende de niño. Hay personas cultas que apenas saben nada de la fe que procesan.¿Serán capaces de darse a si mismas y a los demás respuestas adecuadas ante tantas simplezas y tonterías que se publican sobre Dios, Jesús y la Iglesia?

lunes, 14 de mayo de 2012

LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE

-A eso de caer y volver a levantarse, de fracasar y volver a comenzar, de seguir un camino y tener que torcerlo, de encontrar el dolor y tener que afrontarlo....A eso, no le llames adversidad, llámalo SABIDURIA.

-A eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente, de fijarte una meta y tener que seguir a otra, de huir de una prueba y tener que encararla, de planear un vuelo y tener que recortarlo, de aspirar y no poder, de querer y no saber, de avanzar y no llegar, a eso no lo llames castigo, llámale ENSEÑANZA.

-A eso de pasar unos días untos radiantes, días felices y días tristes, días de soledad y días de compañía, a eso no le llames rutina, llámale EXPERIENCIA

-A eso de que tus ojos miren y tus oídos oigan, y tu cerebro funcione y tus manos trabajen, y tu alma irradie y tu sensibilidad sienta y tu corazón ame, a eso, no le llames poder humano, llamale  MILAGRO.

sábado, 5 de mayo de 2012

¿VIVIMOS LA FE? (1)

El tema puede situarse de cara a la pregunta ¿por qué y para qué creemos?
Puede suceder que un falso concepto de la fe nos lleve a asfixiarla o empobrecerla. Hay personas preocupadas por la pérdida de su fe. Pensaban que era un tesoro que hay que guardar celosamente. La fe, sería entonces una reliquia a custodiar. En vez de conocer, comunicar y celebrar su fe, se dedican a protegerla, sin convencerse que lo que no se da, se pierde o muere. Un cristiano sin caridad es un cristiano muerto.
Si vivimos de espaldas a Dios ¿tiene sentido esperar su presencia cuando se nos antoje? No. Y aquí está el gran espeto de Dios al hombre, recorriendo solamente una parte del camino. Sale al encuentro, pero espea que nosotros cubramos los "kilómetros" que nos corresponde. No se puede pensar, salvo casos como el de San Pablo y algunos otros, que Dios irrumpa violentamente en nuestra vida sin que hagamos hueco para que pueda alojarse.
Tengo que conocer qué o quién es el objeto de mi credibilidad. ¿Cómo voy a seguir y amar a un desconocido? Hay que buscar las raíces de la propia fe. La fe no es una trampa para la inteligencia o un freno para la acción. 
Una fe impersonal no puede entrar en dialogo con una cultura profana en una sociedad secularizada.